Comprender el Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea, Colombia y Perú
Los fondos de una dinámica económica no igualitaria.
En septiembre de 2007, los gobiernos de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y la Unión Europea (UE) inician negociaciones para encontrar un "Acuerdo de Asociación", cuyos componentes principales son el diálogo político, la cooperación y el comercio. Rápidamente, los dos primeros (diálogo político, la cooperación) se pusieron a un lado para dejar la vía libre a la tercera.
1. contexto
2. Los mecanismos del empobrecimiento[2]
3. ¿Quién se beneficiará de TLC?
1. contexto
Bolivia y Ecuador, dejan sin tardar las negociaciones tan pronto como comprenden que el verdadero objeto de este tratado es firmar un Acuerdo de Libre Intercambio (Tratado de Libre Comercio o TLC) una copia del NAFTA (del inglés North American Free Trade Agreement, en español TLCAN: Tratado de Libre Comercio de América del Norte), en vigor desde 1994. Las consecuencias dramáticas de esta última, tanto para los trabajadores mexicanos como para los trabajadores estadounidense y Canadá, fueron las mejores de las advertencias para los gobiernos progresistas de Bolivia y Ecuador. A titulo de ejemplo anotemos que 3 000 000 puestos de trabajo han sido deslocalizados desde los EE.UU. a México desde la firma del TLCAN, provocando un crecimiento de la tasa de desempleo alarmante en algunas zonas industriales estadounidenses, mientras que en el otro de la frontera, los trabajadores mexicanos se quedaron para hacer el mismo trabajo que los estadounidenses, por un salario ocho veces inferior y, en condiciones de seguridad menores que en los EE.UU[1].
A raíz de esta dificultad de negociar los acuerdos regionales, la UE se dirige desde hace algunos años hacia acuerdos de libre comercio bilaterales (entre dos países o regiones de países). Esto permite a la UE poner sobre la mesa exigencias que los países en vías de desarrollo habían llegado a bloquear la Organización Mundial del Comercio (OMC). Dado el poder de Europa en comparación con la de Colombia o de Perú, está claro quién será el actor que dominará en estos acuerdos.
2. Los mecanismos del empobrecimiento[2]
En todo acuerdo de libre intercambio entre los países del Norte y del Sur, como el TLC que nos concierte aquí, es común encontrar los siguientes mecanismos:
1. Las subvenciones: como condición previa, los países del Norte exigen que los del Sur eliminen las subvenciones que les otorgan a sus productores nacionales. Los países del Norte, tienen cuidado de no hacer lo mismo. Ellos subvencionan por otra parte a sus productores nacionales a razón de mil millones de dólares cada día.
2. Los aranceles: imponen a los países del Sur que disminuyen(o eliminen) los aranceles asociados a las importaciones. Por lo tanto, el ingreso de productos europeos sobre los mercados latinos es hace más fácil. Por otra parte, los Estados del Sur se ven en la obligación de recaudar nuevos impuestos, generalmente de los trabajadores, para compensar las pérdidas creadas por la apertura de las barreras aduaneras.
3. Trato nacional: las multinacionales europeas exigen que toda política de preferencia nacional sea abolida, esto, dicen ellos, con el fin de garantizar la igualdad ("trato nacional") entre las distintas partes. ¿Un agricultor o una pequeña y mediana empresa (PME) latina verdaderamente tiene la impresión de desempeñarse en igualdad de condiciones con una multinacional que percibe, subvenciones en Europa?
4. Privatización: se pide a los gobiernos el Sur privatizar sus servicios, sus bienes o sus empresas. En el año 2000, el 46% de las 500 empresas más grandes de los latinos, ya pertenecían a consorcios extranjeros. La tendencia sigue creciendo, provocando con ella una pérdida de soberanía de los países del Sur.
5. Cuotas de importación: se exige a los países del Sur que los del Norte puedan exportar para vender en el Sur cantidades ilimitadas. Los países europeos, se dan el privilegio de poner restricciones a algunos productos que pueden hacer sombra y competencia a su producción local.
6. La modificación de las leyes: se exige a los gobiernos del Sur que adapten su constitución y leyes locales a las reglas que están establecidas en el TLC. Incluimos allí artículos que atan las acciones de los gobiernos nacionales, impidiéndoles entre otras cosas nacionalizar las empresas extranjeras, de legislar sobre la duración de las patentes farmacéuticas, sobre la propiedad intelectual o la defensa del medio ambiente y la salud pública. Cintia Angulo, directora de Electricité de France (EDF) en México, declaró, frente a la ilegalidad de las inversiones francesas en la electricidad en México: "Si estamos en la ilegalidad o la inconstitucionalidad, que hagan legales y constitucionales nuestros contratos".
7. La libre circulación de capital: ésta es esencial para repatriar los beneficios obtenidos por las multinacionales europeas. Para asegurarse de que no haya ninguna restricción sobre estas transferencias de fondos ni ningún control de los gobiernos del Sur, el sector bancario es una prioridad de las privatizaciones mencionadas anteriormente. Sólo entre 1997 y 2002, el banco BBVA (Español) ha invertido 7,8 mil millones de dólares para la adquisición de 34 instituciones financieras en América Latina, mientras que el Banco Santander, española también invirtió 12,3 mil millones de dólares para para comprar 27 bancos en la región durante el mismo período de tiempo.[3]
3. ¿Quién se beneficiará de TLC?
Para entender por qué la UE insiste en la firma de acuerdos de libre intercambio con los países del Sur y, no sólo con Colombia y Perú, es útil examinar algunas de sus publicaciones. La Comisión Europea publicó en el 2006 un documento sobre los aspectos externos de la política de competitividad, hasta entonces formulada a través de la Estrategia de Lisboa: Global Europe: Competing in the World (Una Europa Global: Competiendo en el Mundo)[4]. Ella dice claramente que se busca el desmantelamiento de todas las trabas para la implantación y al beneficio de las empresas europeas. El enfoque es unidireccional, sin tener en cuenta los intereses de los países socios y, únicamente centrada sobre la economía: ninguna mención sobre los derechos sociales o a los problemas medioambientales[5]. La Comisión ni siquiera trata de disimular sus intenciones, los libra en blanco y negro en su publicación: "Cuanto más nuestras prácticas y nuestros reglamentos sean coherentes con nuestros principales socios, más se beneficia a los intereses privados de Europa"[6]. Extrañamente, comprobamos que esto se ajusta perfectamente con el objetivo de la European Round Table (Mesa Redonda Europea. ERT iniciales del inglés), un grupo de lobbying creado en 1983 por Etienne Davignon y que reagrupa a los 45 empresas más grandes de Europa en 18 países de la Unión [7]. La ERT se mantiene activo hoy en día, tiene el objetivo de "promover la competitividad mundial de la industria europea"[8].
En el contexto de crisis económica en el seno del cual se encuentra la UE en este año 2011, seríamos tentados a creer que la firma de un TLC con Colombia y Perú es más que un estratagema para escapar del estancamiento de los mercados en nuestro país. En efecto, la crisis de sobreproducción que asfixia actualmente la economía del Viejo Mundo momentáneamente podría encontrar un nuevo soplo inundando masivamente los mercados peruanos y colombianos de productos made in Europe (fabricados en Europa).
Mirando de más cerca, constatamos que los solos actores que pueden ( y van) obtener beneficio de la eventual firma del TLC, son las multinacionales europeas que pondrán en ejecución, gracias a sus lobbies, toda una serie de reglas y leyes totalmente adquiridas para su causa. Desde la perspectiva de estos mecanismos de una eficacia temible, nos resulta más claramente que el TLC es el instrumento ideal para que las multinacionales puedan transferir el coste (de una parte) de la crisis económica del mundo occidental hacia Perú y Colombia. De tal manera, extraerán de estos dos países mucho más divisas de lo que van a invertir. Por otro lado, si empujamos el raciocinio más allá lejos, constatamos que cada euro invertido en América Latina no beneficia a los trabajadores europeos, ¡sino todo lo contrario! Estas inversiones extranjeras favorecen la deslocalizacion de algunas compañías y por lo tanto las pérdidas de puestos de trabajo para los trabajadores europeos. Al otro lado del Atlántico las cosas no es de color de rosa. Los obreros latinos son contratados por las multinacionales europeas por una miseria. El Código del Trabajo se violan con frecuencia y la ausencia (o casi ausencia) de los derechos sindicales hace que cualquier lucha social muy complicada, incluso peligrosa. No olvidemos que el 60% de los sindicalistas asesinados de todo el mundo son de Colombia. Por ejemplo, Nestlé es acusado de haber matado a 10, Coca-Cola a 9 [9].
4. Impactos del TLC:
a) Amenaza para el desarrollo local:
La liberalización del comercio tiene un impacto negativo sobre el empleo, la seguridad alimentaria y los ingresos económicos, a tiempo que aumenta las desigualdades ya existentes. Muchos agricultores y empresarios colombianos temen las consecuencias de un acuerdo comercial. Europa va, por ejemplo, exportar muchos productos lácteos hacia Colombia. Entonces, con sus subvenciones que reciben, los grandes productores europeos de leche puedan vender sus productos a un precio mucho más competitivo que los productores colombianos, y con una mejor eficiencia. Europa produce en 15 días lo que Colombia produce en un año. No menos de 380 000 campesinos colombianos corren el riesgo de perder sus ingresos.
b) Amenaza para la salud:
Este acuerdo va intensificar la privatización de sectores tales como el de la salud. Operadores privados tienden a elevar los precios de sus servicios, los cuales serán accesible sólo a la parte más "rentable" de la población. Además, Europa propone un aumentado del tiempo de duración de las patentes de medicamentos. De esta manera, la industria farmacéutica europea, estando en condición de monopolio, podrá imponer un precio elevado. Más de 4 millones de colombianos corren peligro de no tener acceso a los medicamentos.
c) Amenazas para el medio ambiente:
El impacto de estos acuerdos sobre el medio ambiente es considerable. La economía se está moviendo de manera preferente hacia la exportación, lo que genera el monocultivo de productos y el aumento de la explotación de los recursos naturales. En Colombia, el cultivo de palma africana, que se utiliza para producir biocombustibles, en detrimento de la soberanía alimentaria nacional, se extiende cada vez más.
d) Amenaza a los derechos políticos y sociales:
Acuerdos como éste motivarán las injusticias sociales. Allí donde la injusticia aumenta, las violaciones de los derechos humanos se acentúan. En situación de guerra civil desde 1948, Colombia ya es el país más peligroso del mundo para los sindicalistas y activistas. El TLC va empeorar la situación. Por ejemplo la empresa Multifruits, la filial de la estadounidense Del Monte, ha desarrollado de manera ilegal el cultivo de caucho y palma africana. Gozó de las instalaciones y las estructuras paramilitares en la región del Chocó y, por consiguiente, tiene alguna responsabilidad en el desplazamiento de 2 500 afro-colombianos y de 85 habitantes asesinadas por los paramilitares [10]
Acuerdos como éste motivarán las injusticias sociales. Allí donde la injusticia aumenta, las violaciones de los derechos humanos se acentúan. En situación de guerra civil desde 1948, Colombia ya es el país más peligroso del mundo para los sindicalistas y activistas. El TLC va empeorar la situación. Por ejemplo la empresa Multifruits, la filial de la estadounidense Del Monte, ha desarrollado de manera ilegal el cultivo de caucho y palma africana. Gozó de las instalaciones y las estructuras paramilitares en la región del Chocó y, por consiguiente, tiene alguna responsabilidad en el desplazamiento de 2 500 afro-colombianos y de 85 habitantes asesinadas por los paramilitares [10]
5. Una alternativa prometedora
En un mundo neoliberal como el nuestro, nos presentan el libre intercambio como el que es la única opción eficaz para el comercio entre Estados. Más allá de esta supuesta ausencia de alternativas, se constata profundamente injusto. En el caso concreto que nos ocupa, el TLC entre Colombia/Perú y la UE, la producción europea es 66 veces superior a la de Colombia y sus exportaciones 48 veces superior. Podemos legítimamente preguntar: ¿Quién va a exportar sus productos a quién?
Afortunadamente, existen otros modelos como el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América). Se trata de un acuerdo establecido en el 2004 por Venezuela y Cuba. Desde entonces, ha atraído a nuevos países con gobiernos progresistas: Bolivia, Nicaragua y Ecuador. El ALBA tiene como objetivo poner de relieve la complementariedad entre los socios en lugar de la competencia. Intercambios equitativos, petroleo contra servicios médicos o todavía asistencia técnica petrolera contra soja son puestos en ejecución entre los países socios. A los actores involucrados les gusta repetir que el ALBA no se basa sobre las ventajas comparativas del libre mercado, sino sobre las ventajas cooperativas. El ALBA esta orgullosa de decir que en el sector educación, consiguió erradicar el analfabetismo en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua gracias al método de alfabetización cubana "Yo sí puedo" y por otro lado, una estabilidad energética de sus países miembros se logró principalmente gracias al petróleo venezolano [11].
Este nuevo escenario económico favoreciendo los intercambio Sur-Sur es portadora de esperanza porque encarna una alternativa concreta a la aplastante neoliberal. Constituye el solitario abanderado de un nuevo modelo económico que hay que poner en ejecución si queremos detener la creciente brecha entre ricos y pobres. Mejorar las condiciones de vida de los trabajadores latinos y la seguridad de los empleos aquí en Europa pasa necesariamente por acuerdos equitativos, establecidos entre países soberanos y no por gobiernos neo-colonialistas sometidos a los intereses voraces de las multinacionales.
Fuente:
INTAL.BE, Comprendre l’Accord de Libre Echange entre L’Union Européenne, la Colombie et le Pérou, por Andre Crespin, 13 octubre del 2011.
Referencias:
[1] http://rcci.net/globalizacion/2002/fg296.htm
[2] Paragraphe largement inspiré de http://www.alterinfos.org/spip.php?article106[4
[3] http://www.rebelion.org/docs/62852.pdf
[4] http://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2006/october/tradoc_130370.pdf
[5] http://aitec.reseau-ipam.org/spip.php?article464
[6] Cité dans http://aitec.reseau-ipam.org/spip.php?article464
[7] On y retrouve pêle-mêle : BP, Volvo, Siemens, Nestlé, Repsol, Philips, Suez – Lyonnaise des Eaux, Nokia, Unilever, Total, Fiat, Renault, BASF, GDF Suez, Solvay, BMW, ENI, Heineken, Shell, Alcatel, etc…
[8] http://fr.wikipedia.org/wiki/Table_ronde_des_industriels_europ%C3%A9ens
[9] Tribunal Permanente de los Pueblos - Capítulo Colombia, “Sentencia de la Audiencia sobre agroalimentación”, 2006
[10] http://www.rebelion.org/docs/62852.pdf
[11] http://es.wikipedia.org/wiki/Alianza_Bolivariana_para_los_Pueblos_de_Nuestra_Am%C3%A9rica_-_Tratado_de_Comercio_de_los_Pueblos#Formaci.C3.B3n_y_ampliaci.C3.B3n
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